martes, 3 de mayo de 2011

Mónica

-No te alejes de mí- susurraba Mónica en el oído de Isaí mientras descansaba su peso sobre el cuerpo de él.
-Te amo, y jamás te dejare- respondía él envolviéndola entre sus brazos y besando su cuello. –No pienso irme de aquí- añadía mientras sus rostros se encontraban.
-No te vayas, mi cuarto esta vacio sin ti- suplicaba Mónica besándolo.
-Es aquí a donde pertenezco, en tu cama, a tu lado, aquí y a ningún otro sitio.- concluía besándola.

Capítulo I
“Encuentro.”
- Odio “Belanova”-  Reclamaba Isaí a Daniel mientras dejaba en la mesa aquel vaso de cerveza que le sirvieron.
-Hay ya, no seas aguado, ten- contesto dándole un billete – a dos cuadras hacia abajo, hay un oxxo, cómprate un café y ya, en dos horas nos vamos-
-Dos horas- susurro Isaí mientras salía –siempre dice dos horas y terminamos por quedarnos-
Metió el billete en su bolsa y salió al frio de la calle cerrándose la chamarra.
-Oye, disculpa, ¿No sabes dónde está el OXXO?- pregunto de manera común a la chica que se encontraba frente a él.
- Si - respondió con desencanto al tiempo que volteaba.
“Hermosa” pensó Isaí.
Sus grandes ojos verdes hacían un bello y armónico contraste con lo blanco de su piel. A pesar del gran gorro morado que traía puesto, sus cejas delataron el rojizo color de su cabello.
-¿Estás bien?- pregunto ella con una enorme sonrisa en su rostro.
-Si… si- tartamudeo Isaí por unos instantes. -¿Quieres un café?- pregunto sin siquiera pensarlo.
-¡Sí!- contesto de inmediato.
Caminaron en silencio a través de las calles, solo algunas sonrisas nerviosas por parte de Isaí en respuesta a la enorme sonrisa de aquella desconocida. Ambos entraron al establecimiento, pidieron su café, lo prepararon, y juntos se sentaron en una mesa alejada de todo.
–Por cierto, me llamo Mónica, ¿Y tú?- Dijo con aquella sonrisa que parecía no terminar.
-Isaí- respondió un poco más tranquilo y con algo de más naturalidad.
-Isaí- Dijo Mónica para sí misma mientras pensaba – Tu nombre es raro- contesto antes de de dar un sorbo a su café
-Pues…- respondía Isaí algo molesto y confuso por el comentario –El tuyo es algo común-
-Tranquilo- interrumpió Mónica –Si, el tuyo es raro- continuo – Pero me gusta-
Un gesto de sorpresa, una sonrisa nerviosa y un poco de rubor en el rostro de Isaí, fueron la respuesta ante aquel comentario.
Entre risas y bromas, preguntas y respuestas, aromas y café. Dos horas transcurrieron con velocidad y de forma muy amena.
-No estés triste- Dijo Mónica después de algunos minutos de silencio.
-¿Triste?- pregunto sorprendido Isaí
-Si, sonríes y todo, pero en tu voz suena melancolía, tristeza… ¡se feliz!- concluía sujetando la mano de Isaí con las suyas.
Isaí solo bajo la mirada, y un par de lagrimas rodaron por sus mejillas.
-Gracias Móni- respondió Isaí – No soy alguien especial, no soy diferente, soy bastante común…-
-No digas eso- Interrumpió Mónica –Vales mucho, y yo hare que te des cuenta de ello-
-¿Tu?- cuestiono Isaí.
-Si- contesto Mónica sin separar su mirada de la de él –Tú, tu vas a ser mi novio- concluyo con aquella sonrisa que parecía no tener fin.
-¿Yo?, ¿Novio?- pregunto Isaí aun mas confundido.
-Sip, pareja, tu y yo, ya sabes, parques, besos, abrazos y cosas cursis- Contesto ella.
-No te entiendo- contesto aun sorprendido. -¿Quieres ser mi novia?- pregunto Isaí –No soy guapo, ni divertido, ni siquiera sé bailar- añadió para intentar desanimarla.
-Sí, lo decidí, serás mi novio y nada de lo que digas… ¡nada! me hará cambiar de idea- contesto ella tomando un trago de café. –Y no me dirás que no- concluyo sonriendo.
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domingo, 1 de mayo de 2011

“Candado”


-En verdad, suertuda la que se quede como tu novia- Me decía Alejandra con lágrimas en los ojos. –Lo digo enserio, aunque lo dudes. Eres atento, detallista, dedicado- concluía mirando el suelo. –Y yo no sé cómo expresarme bien-

-No Alejandra, yo soy peor persona de la que te imaginas… Hay mujeres que me odian, y he arruinado amistades por soberbia y orgullo- Contestaba mientras la abrazaba –No digas eso, no soy buena persona…. Soy terrible- añadía besando su frente.

Nuestros rostros se separaron mientras nuestras miradas se encontraban. Una sonrisa me pareció el gesto menos apropiado, pero sí el más indicado. Una lágrima corrió por su rostro y mi corazón casi se rinde ante todo un caudal de ellas. Con mis dedos evite que callera esa lágrima.
-No llores Alejandra, no lo valgo, tranquila- dije sonriendo mientras acariciaba su mejilla con mi mano. Y sin dejar de verla añadía –Te quiero, y solo te deseo lo mejor, ya no llores por favor-
Su mano contra la mía fue su respuesta. La separo con cuidado, y tomando con ambas manos la mía, la beso.

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No quería alejarla, y mucho menos perderla. Pero es lo que me gane. Quizás me lo merezca, es el cosmos regresándome las mentadas a Dios en forma de mal karma, quizás Dios disfruta reírse de mí, o todo es una pesadilla inducida por mucho café y nicotina. En poco tiempo llegue a quererla demasiado y quizás ese fue mi problema… no digo que la amo, pero si digo que me enamore.

No arrepiento de nada… Solo de ser como soy.

Ella se merece algo mejor. A alguien mejor. Soy solo un pobre diablo con aires de artista que piensa que se merece un romance de película cuando a lo mucho que aspira es un caso digno de Laura Bozzo o Rocio Sanchez Azuara.

En estos momentos me siento mal, es triste saber que dejaste ir lo que sin duda, era una gran oportunidad para los dos. A mí me encanto soñar, pero ella no estaba preparada.
Ya no queda más que hacer, solo decir adiós, y desearle lo mejor, esperar que a ella le valla mejor que a mí, y fumar.

Aun la quiero. Y haría lo que fuera por volverlo a intentar. Pero esto no es una película, tampoco es una novela, no se enamorara de mí,  no la hare olvidar sus problemas. Esas son cosas que ella sola tiene que hacer y mientras tanto, ya ver qué hago yo con esta repetitiva soledad que me cargo.
Hay cosas que jamás podre olvidar de ella, y creo que no lo hare jamás, sí, soy algo exagerado. No fue mucho tiempo, pero fue lo suficiente.

Sorprender con un beso, robar un encendedor, ocultar nuestros momentos frente a todos, despedirnos durante 15min., compartir un cigarro sin manos, entender a los golpes como caricias, comer moras junto con un niño, el “eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, besos con lluvias y charcos, las perversiones de mi computador, el museo de arte moderno, las películas que ya no vimos juntos, los chistes que nadie entiende, los “sisi’s”, el susto del claxon y el perro, los labios sabor Rost Beef, las caricias el día de lluvia, el poco talento para fotografiar, las hamburguesas de ardilla y palomas obesas, el sushi que saludaba, Micheal Jackson del kiosko, la sensación de tu piercing, las lagrimas que compartimos.

Solo espero con toda el alma que sea feliz, y también deseo, volver a sentirla junto a mí. Voy a extrañar sus labios, y voy a extrañar su presencia. Yo quiero conocerla, y escribir una historia nueva junto a ella.
Quisiera que me quisiera y deseara lo mismo que yo.

En fin, llegue a la conclusión de que esto no es para mí, no estoy escrito para historias de amor bellas, no estoy hecho para las flores ni para caminar tomado de la mano con alguien. Lo mío no son los romances rosas, lo mío es estar solo, jugar con mi orgullo y maquillar mi decencia con mentiras. Estoy para engañarme yo solo, y creer que aspiro a algo mejor, para después darme cuenta que siempre me acerco a mujeres con corazones en espera de alguien más. 

Y yo jamas soy ese alguien más.